martes, 4 de diciembre de 2012

Aikido

El Aikido es un arte marcial de origen japonés. Fundado por el Maestro Morihei Ueshiba (1883-1969) hereda tanto la tradición marcial de las artes de las que desciende, coma una profunda espiritualidad y filosofía.
Pero, ¿qué es lo diferencia al Aikido de las demás artes marciales? El espíritu de las artes marciales no se encuentra en una atmósfera competitiva y combativa, donde la fuerza bruta predomina y el objetivo supremo es la victoria a cualquier precio. El Maestro Ueshiba concluyó que el verdadero fin de un arte se basa en la búsqueda de la perfección como ser humano, física y mentalmente a través del entrenamiento constante y la practica continua.
El Aikido se niega a convertirse en un deporte y rechaza todo tipo de certámenes o concursos que incluyan divisiones por peso o clasificaciones basadas en el número de victorias así como también la recompensa a los campeones. Entendemos que éstas actitudes sólo alimentan el egoísmo, la egolatría y la falta de consideración por el prójimo.
El Aikido es un camino abierto a toda la gente que aspira a ser uno con la naturaleza. AI se interpreta como armonía o unión; KI es la energía universal o espíritu y DO es camino o vía. Las puertas del Aikido están abiertas personas de todas las edades, sexo, nacionalidades, credos y razas. Es importante destacar que no es una religión.
El entrenamiento de la mente y el cuerpo está basado en el amor y la armonía. El Aikido principalmente intenta cultivar la verdadera humanidad en un mundo pacífico.
Las practicas se realizan en un marco de respeto, cordialidad y camaradería. Uno de los tantos principios legados por el fundador es el de practicar con vigor y con alegría.
Aikido “El Camino de la Armonía” es un arte marcial japonés que combina técnicas de control (katame waza) y de proyección o derribo de uno o varios oponentes (nage waza).
Morihei Ueshiba, a quien sus estudiantes llamaban O’Sensei (Gran Maestro), creó el Aikido a principios del siglo XX. Habiendo sido maestro de diversas artes marciales y una persona profundamente espiritual, pudo conciliar las aparentemente variadas disciplinas marciales creando el Aikido, un camino marcial para ayudar a las personas a desarrollar su potencial físico, mental y espiritual.
Haciendo una traducción un tanto sencilla, Aikido significa “el camino a armonizar con las fuerzas universales de la vida” o “el camino de la unidad con las fuerzas fundamentales del universo”. También se ha llamado “El Camino a la Armonía Espiritual”.
En el Aikido se hace un enfoque del manejo de la agresión y la violencia a través de un entrenamiento enérgico y positivo. Se aplican técnicas marciales muy efectivas de una forma muy singular: usando el movimiento dinámico del cuerpo, se neutralizan los ataques. Un aikidoka entrenado es capaz de redirigir la fuerza de un ataque sin peligro para él y en forma efectiva. El Aikido está ideado para poder manejar no sólo a un oponente, sino a varios también.
Con el Aikido se le enseña al practicante a ser flexible, fluido y centrado, y a actuar en forma espontánea dentro de los principios del arte. Para ello, el aikidoka aprende a unir mente, cuerpo y espíritu al máximo. Originalmente se enseñaba a unos pocos alumnos selectos en Japón pero hoy en día se enseña en todo el mundo gracias, fundamentalmente, a los esfuerzos del hijo de O’Sensei, el ya fallecido Kisshomaru Ueshiba, quien, sistematizando y adaptando las técnicas de su padre, desarrolló un método de entrenamiento accesible a hombres, mujeres y niños de todas las edades, condiciones físicas y habilidades.

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